El tema de hoy estoy seguro de que tocara la fibra de muchos. No solo de aquellos que estén en frente de esta decisión, sino de aquellos que miran hacia atrás, a ese momento en el que les tocó escoger y lo contrastan con su realidad actual. ¿Realmente vale la pena ir a la universidad?

Si has estado siguiendo mis últimos posts, recordarás que recientemente conversábamos sobre cómo en los tiempos de nuestros padres o abuelos solo existía un camino para ser alguien en la vida (según ellos creían o se les inculcaba). Y dicho camino era ir a la universidad. Aunque los oficios o emprendimientos siempre han existido como otras alternativas para ganarse la vida, la educación formal era una etapa fundamental que la mayoría de los padres soñaban para sus hijos.

Digo “soñaban” (en pasado) porque con el tiempo muchos han tenido que acostumbrarse a ver a las generaciones más jóvenes trabajando en áreas impensables para ellos. Clases virtuales, servicios profesionales desde casa, diseño gráfico, tiendas digitales, venta de contenido, podcasts, videos, son algunos ejemplos de carreras en las que hace 20 años o más no se hubiese creído.

La verdad es que la decisión de ir o no ir es algo muy personal, depende totalmente de lo que cada quien desee para su vida y su futuro. Ambas opciones tienen sus pros y contras, y yo me siento en capacidad de compartirlos con ustedes hoy y convertirme en luz en ese camino, para ayudarte a tomar la ruta correcta.

¿Qué pasa si decido ir?

Si crees que lo que quieres para tu vida depende de un conocimiento que solo podrás conseguir mediante la educación universitaria, inscribirse es la opción correcta. Y hago énfasis en este punto ya que se debe tener en cuenta que estudiar una carrera implica una alta inversión de tiempo, esfuerzo y dinero. Y aunque lo material siempre se puede recuperar, el tiempo y el esfuerzo gastados solo valdrán la pena si ejerces tu profesión.

Una experiencia muy bonita y provechosa

Lo cierto es que una de las cosas mas importantes que puedes obtener de esta etapa es la riqueza de su gente. El nombre “universidad”, en mi opinión, pudiera atribuirse a que es un pequeño universo con muestras de personas de todo tipo, nivel social, culturas, edades, y corrientes de pensamiento. Todo este roce tan diverso abre tu mente a un sinfín de perspectivas, te saca del pequeño mundo que representaba hasta ese momento tu familia, tus amigos y tu comunidad, mostrándote que hay mucho más allá afuera por explorar y de lo cual aprender.

Toda esta gente que llegas a conocer también se convierte en una enorme red que te ayudará a prosperar en tu camino profesional. Una vida que, cuando se comienza por sí solo puede llegar a ser bastante dura. Pero, que al estar rodeado de personas que ya triunfan dentro de ese área como los profesores y personal universitario, o de quienes están atravesando tus mismas dificultades, se hace mucho más fácil de superar. Todo gracias a que recibes el apoyo adecuado.

“La universidad no es lo mío”

Tener una carrera no es un prerrequisito para garantizar el éxito en la vida. Como también ya hemos mencionado, sabemos que muchas personas de renombre hoy no pasaron por la universidad o no completaron sus estudios. Y aunque cada día haya más ofertas profesionales para probar, adaptándose a muchos puestos de trabajo, la verdad es que todos somos necesarios, por pequeño o grande que sean nuestros trabajos.

Además, también es verdad que no todos están dispuestos a tomarse como mínimo 2 años y gastar tiempo y dinero para aprender cosas que al final no usarán como medio para ganarse la vida. Actualmente, hay certificaciones bien específicas con facilidades de estudio online posiblemente y de duraciones cortas de máximo 6 meses. Este tipo de opciones son muy viables para quienes necesitan o desean generar ingresos a la brevedad posible, o para quienes no pueden permitirse la experiencia universitaria a pleno.

Ama lo que haces

Sin importar lo que decidas, lo más importante de todo esto es lo siguiente:

• Siempre podrás estudiar en la universidad. Puede que con el transcurrir de la vida y las responsabilidades de la adultez se complique un poco más que cuando acabas de salir de la secundaria. Pero si te lo propones y es lo que realmente quieres, podrás lograrlo en cualquier momento de tu vida.
• Siempre podrás desempeñarte en lo que quieras. Haber escogido una carrera no tiene por qué limitarte a trabajar en un área en específico. Siempre podrás optar por certificaciones, o hacer realidad ese pequeño o gran negocio de tus sueños. Todo es cuestión de ponerse a trabajar en ello hasta lograrlo. Y aunque lo aprendido en la universidad no se relacione en lo absoluto con lo que quieres hacer, probablemente sí te dará la madurez y conexiones super útiles para este gran paso.
• Haz lo que amas.

Dedícate a lo que te haga feliz. La vida es muy corta como para vivir encadenado a hacer algo que no te gusta. Prueba todo lo que te guste, así sea por breves periodos, así cambies de oficio constantemente. Lo importante es dedicarse a algo que te guste, en lo que seas bueno, para que lo hagas con amor y se note. Solo así podrás tener una vida plena y hacer dinero a la vez.

Nico Pengin

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